El origen de esta celebración se remonta a 1969 , cuando el 28 de junio de ese año se produjeron los disturbios de Stonewall en Nueva York, y que marcaron el inicio del movimiento de liberación homosexual tanto en los EE.UU. como en el resto del mundo.
La noción básica del «orgullo LGTB» reside en que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su sexo biológico, orientación sexoafectiva, su identidad sexual o su rol de género. Surge como una respuesta política hacia distintos mecanismos que el sistema tradicionalista utiliza contra quienes se «desvían» de la heteronormatividad: la vergüenza, la exclusión y las agresiones físicas que pueden llegar hasta la muerte de la víctima. Desde un punto de vista lingüístico, el término «orgullo» designa ‘el amor propio o la estima que cada persona tiene de sí misma como merecedora de respeto o consideración’. Esta definición transmite la idea de una dignidad intrínseca que todo ser humano posee y que no debe verse afectada por su conducta o por su orientación sexual. En este sentido, un concepto equivalente sería hablar de «dignidad LGTB».